Seguro que al final
no pasa nada,
pero imaginen,
por un momento
imaginen que el agua
(con motivo o sin él),
imaginen que el agua
abandonase
ese estable modo suyo de ser,
su cautiva silueta de vaso
(No va a pasar, seguro,
cosas así son raras...
Por qué iría el agua,
después de todo,
antes de nada,
a prescindir de su superficie adormecida,
a huir del amable sosiego
del vaso que la contiene?)
No, nada de eso va a pasar,
ni piensen en ello
pero aun así yo lo pienso,
lo voy pensando,
o lo sueño,
lo voy soñando
porque me gusta soñar
en un agua que se desagua,
que se derrama, desamarrada,
que canta libre y se decanta,
que indómita revienta
su cárcel de cristal
y se precipita, estrepitosa
Sándalo Naranja